25 de octubre de 2011

El "fin de la violencia" en Euskal Herria

No soy muy dado a escribir parrafadas pero desde el pasado jueves, día en que Euskadi Ta Askatasuna anunció en un comunicado el "cese definitivo de su actividad armada" debo escribir sobre las muchas cosas que he leído y oído en estos días. En primer lugar, como se evidencia en este blog, me considero una persona que apoya la lucha del pueblo vasco y que cree en el proceso emprendido hace ya más de un año con la firma del Acuerdo de Gernika. De ese acuerdo surgió la coalición Bildu, que fue votada por más de 300.000 vascos y vascas en las elecciones de Mayo, y que se comprometió en desarrollar su lucha por medios políticos exclusivamente rechazando todas las violencias. Por eso he de decir que recibí la noticia con cierta alegría pero con excepticismo, principalmente por los pasos que deben dar ahora los gobiernos de España y Francia.

Una de las cosas que me sorprendieron (o no tanto) fueron las primeras reacciones de la ultraderecha mediática. En primer lugar desconfiaban del anuncio de ETA y exigían que la banda armada pidiese perdón a sus víctimas y entregase las armas. Tal fue el menosprecio al comunicado que, por ejemplo, el presentador del programa de Intereconomía "El gato al agua" tuvo que poner un poco de cordura (pidiendo peras al olmo) y aclarar que el anuncio de ETA le parecía un paso positivo ante la excitación de los tertulianos. En cuanto al perdón a las víctimas no creo que fuese el momento, más aún cuando se niega ese perdón a las víctimas del otro bando. Por víctimas del otro bando no sólo considero a los militantes de ETA o simpatizantes de la Izquierda Abertzale asesinados por el terrorismo de estado, sino también a las familias de los presos que han sufrido la lejanía e incluso la muerte como consecuencia de una política de dispersión que choca de lleno con los objetivos básicos de un sistema penitenciario "democrático"; a las personas que han sufrido la detención arbitraria y la tortura por verse inmersos en un "entorno" bastante abstracto, a las personas que han sufrido la cárcel por hacer política y cuyo único delito era tener los mismos fines que una banda armada...
Respecto a la entrega de las armas, es un paso que la banda deberá dar con el tiempo aunque se desconoce el destino de esas armas. Las armas son armas y sirven para matar, que las tenga un policía o cualquiera de los países a los que el Estado español vende armas no me da mayor tranquilidad.


Otra de las pegas que se pusieron al comunicado era que la banda no anunciaba su disolución. ETA hace ya bastantes años que es exclusivamente una organización militar, por lo que no entiendo muy bien que diferencia hay entre que cese su actividad armada y que se disuelva. Una vez más dando más valor al lenguaje que a los hechos para no salir de su cabezonería.



Los medios afines al PSOE no ponían en tela de juicio la veracidad del comunicado pero sí que se encargaban de echar leña al fuego para no ser infieles a su sensacionalismo habitual. Así, en LaSexta, pudimos oír a una reportera decir "Hoy por fin se puede sacar la bandera de España o gritar arriba España en el País Vasco sin que te pongan una pistola en la nuca...". Esperemos que también, a partir de ahora, se pueda apoyar la independencia de Euskal Herria sin ser acusado de "proetarra"...

Otro de los argumentos preferidos en las múltiples tertulias televisivas era el negar que habían existido dos bandos, diferenciando claramente el conflicto vasco del irlandés. ¿Estaban entonces justificando sin darse cuenta la lucha armada del IRA?. Si existen dos bandos es porque existe una agresión recíproca, por lo que según éstos la lucha del ejército republicano irlandés estaba legitimada.

La represión también se ha justificado hasta en la sopa, para algunos el comunicado evidenciaba la derrota de ETA a manos de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En LaSexta se hacía referencia a que la labor de éstas había permitido detener a 380 "presuntos" etarras en los últimos años, pero no se decía cuántos de esos habían sido luego puestos en libertad al no poder demostrarse vinculación alguna con la banda armada... Tampoco se dice que muchos de los detenidos lo eran por actos de kale borroka (lucha callejera), jóvenes acusados de terroristas que si viviesen en Sevilla o Valladolid no tendrían mayor castigo que una multa.

Por último me resulta chocante que los que más piden el reconocimiento y reparación de las víctimas de ETA (como si no estuviesen reconocidas ya) son los mismos que se empeñan en no reconocer a las víctimas del franquismo y piden olvidar "viejas rencillas" sin mirar al pasado. Esos personajes como Mayor Oreja, Rosa Díez y compañía que sólo salen en los medios si es para hablar de ETA... normal que estén tan cabreados, se les acaban los argumentos para seguir viviendo del cuento.

Por todo esto, considero que el verdadero final de la violencia en Euskal Herria llegará cuando se permita decidir al pueblo vasco libremente su destino sin imposiciones y sin represión, cuando se ponga fin a la dispersión, cuando los presos políticos salgan a la calle y cuando se deroguen las leyes Antiterrorista y de Partidos Políticos que en la práctica sólo se aplican a una parte de la población del Estado español.

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